El déficit habitacional en aumento, a 9 años del PROCREAR
Por Magali Zirulnikoff
El programa Pro.Cre.Ar. tuvo por objetivo la disminución del déficit habitacional. Habiendo transcurrido 9 años desde su inicio, este déficit aumentó, es decir que el programa no alcanzó siquiera para mantener la situación inicial. Se atendieron problemas de coyuntura y de mejora de la gestión del programa, pero no se interpretó correctamente el campo de acción del gobierno en cuanto a que podía modificar las reglas de juego, que configuran el problema estructural, y por ende no se pudo resolver el déficit habitacional.
Modificar los mecanismos de acceso al crédito, cediendo al sector privado el control sobre la regulación del valor del suelo, resulta en un espiral especulativo que no tiene límites. Cuando se mejoran los mecanismos de crédito, el sector privado aumenta el precio del suelo, exigiendo mayores recursos económicos de los que tiene la población trabajadora que necesita acceder a la vivienda.
Lo mismo ocurre con el valor de los materiales de construcción, que incrementan su precio en moneda extranjera.
Por estas razones, entendemos que, para disminuir el déficit habitacional, es necesario introducir modificaciones estructurales que cambien las reglas de juego.
Nuestra recomendación es incorporar un sistema de tasación sobre el valor del suelo que se sustente en criterios objetivos, determinados por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat. Estos criterios deberán tener en cuenta la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables, así como el Salario Mínimo Vital y Móvil acordado por el consejo.
También entendemos conveniente regular el precio de los materiales de construcción, a través de la incorporación del programa “materiales cuidados”.
Teniendo en cuenta que, en los 31 aglomerados urbanos del país, el 19,7% de los hogares (4.700.000 personas) alquila la vivienda que habita, entendemos que el Sistema de Tasación Objetiva deberá aplicarse también a las viviendas en alquiler. De esta forma se podría evitar la especulación que lleva al sector rentista a poner precios que están por encima de las posibilidades económicas de los hogares, y que por esta razón contribuyen a la concentración de la riqueza de quienes ya poseen una vivienda, en detrimento de quienes no pueden acceder a ella.