En la Ciudad de Buenos Aires desde hace 70 años vivimos 3 millones de habitantes. Sin embargo, todos los días ingresan a la ciudad 3 millones de personas fundamentalmente a trabajar y estudiar desde el AMBA.
En una ciudad que duplica su población durante el día, sin duda lo prioritario debería ser la discusión de la planificación regional y una dimensión esencial de ella, su política de transporte.
El GCBA cuenta con una Secretaría de Transporte, cuya agenda es completamente desconocida para la mayoría de quienes habitamos la Ciudad.
El 30 de septiembre de 2024, renunció el Secretario de Transporte, Ing. Jorge Kogan y se designó en su reemplazo al Ing. Héctor Guillermo Krantzer.
Recientemente se hizo público su informe final de gestión de diciembre del año 2023 a septiembre de este año, el cual resulta útil para tener una visión integral por dónde va el GCBA con relación al transporte ya que lamentablemente esta dimensión urbana estuvo ausente en la discusión de la Modificación o “Ajuste” del Código Urbanístico en la Legislatura porteña, una de las principales herramientas de planificación de la ciudad
Por cierto, el proyecto de ley obtuvo dictamen el viernes 6 de diciembre y se votará su segunda lectura el jueves 12 de diciembre luego de una audiencia pública que tuvo miles de participantes cuyas propuestas y cuestionamientos el GCBA, como nos tiene acostumbrados, no atendió.
El debate del Código Urbanístico fue reducido por el Poder Ejecutivo, encabezado por Jorge Macri, a la cantidad de metros cuadrados en altura que se pueden construir en las parcelas a fin de lograr que la Legislatura le habilite la construcción de torres salpicadas por toda la ciudad soslayando la correspondencia entre lo que se construye y la capacidad de carga de los servicios públicos existentes, entre ellos, el transporte.
El SUBTE en picada
El informe final de gestión del ex Secretario de Transporte plantea como importantes logros de gestión el Plan de Ordenamiento del Tránsito (que consiste en reubicación de contenedores de residuos y la eliminación de giros en intersecciones clave), la transferencia de 31 líneas de colectivos que operan exclusivamente en el ámbito de la ciudad, avances en el proceso de renovación de los vagones del subte, fortalecimiento de vínculos con organismos internacionales de crédito, etc.
El propio informe reconoce que ya previo a la pandemia la cantidad de pasajeros que usan el transporte público venía en declive y que esa tendencia continúa al día de hoy.
Mientras el uso del automóvil se encuentra en niveles iguales o superiores al año 2019, los colectivos llegan al orden del 90% de la demanda del 2019, los ferrocarriles al 80% y el Subterráneo al 70%. La recuperación de la demanda ha sido la más débil en el sistema de Subtes. Esto es una evidencia irrefutable del fracaso de las políticas de transporte.
Con este diagnóstico, en lugar de promover el transporte público menos contaminante y sostenible que es el SUBTE, el GCBA aplicó un mega tarifazo desalentando su uso y excluyendo a gran parte de la población que no puede costearlo en este contexto de extrema crisis económica. El tarifazo generó que la cantidad de pasajeros cayera un 17% con relación al año pasado. La periodista Mara Pedrazzoli informa, basándose en datos oficiales del GCBA, que hubo una caída en la cantidad de viajes en el subte del 8,3% mensual en junio, mes en el cual impactaron de lleno los dos primeros aumentos del nuevo cuadro tarifario. Una segunda caída de magnitud del 11,6% se produjo en octubre, tras la segunda actualización tarifaria. En términos de cantidad de boletos esas variaciones refieren a entre 150 y 170 mil promedio de viajes diarios menos, que sería el equivalente a cerrar tres horas antes el subte.
En un sincericidio sin descaro, el ex Secretario plantea que no es necesaria la ampliación de la red de subtes. Textualmente su informe expresa: “el plan de mediano plazo para el Subte no debe por ahora incluir líneas nuevas pero sí contener acciones de modernización de una línea a la vez”. Ni siquiera menciona la posibilidad de garantizar el servicio de subte las 24 horas como sucede en otras ciudades del mundo. En los últimos 8 años de gestión del PRO no se construyó ni un metro de vías.
En este informe de 50 páginas, hay un solo renglón que hace referencia al Premetro mencionando una licitación que permitiría realizar el cierre de un loop y mejorar el servicio. Hoy, el servicio de premetro tiene solo 7 coches, para atender a dos Comunas: la 7 y la 8 y su eficiencia es un desastre con demoras de 40 minutos y con interrupciones cada vez que llueve.
Con relación a la accesibilidad de las estaciones, el ex Secretario también reconoce otra verdad oculta: “Este tema no ha recibido la menor atención”. Cuando se volvió a privatizar el SUBTE a EMOVA se le otorgó un nuevo plazo de 20 años para adecuar la accesibilidad de las estaciones aunque dicho plazo se encontraba vencido desde principios de este milenio.
Los nuevos juguetes
Sin embargo, el informe detalla un futuro maravilloso de modernización y transición energética hacia una movilidad más sustentable. El ex Secretario cuenta sobre el proyecto "TramBus” que contempla vehículos eléctricos con características y prestaciones tranviarias, operando en carriles exclusivos y abarcando áreas de gran afluencia como Retiro, Puerto Madero y la Ciudad Universitaria. Para este proyecto, se estima de manera aproximada, una inversión necesaria de 75 millones de dólares para la adquisición de 60 vehículos, con sus cargadores y mantenimiento de estos por dos años.
El modelo de negocio para este sistema quedó distribuido en 4 licitaciones a cargo de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE):
· Licitación 1: vehículos, cargadores y mantenimiento por dos (2) años.
· Licitación 2: obras en predio de regulación y recarga.
· Licitación 3: obras en la traza.
· Licitación 4: operación del servicio.
Agrega la proyección de la Red Minimube, de minibuses eléctricos en el microcentro de CABA, como primer paso a la electromovilidad en Buenos Aires. La licitación fue adjudicada a la empresa Atlántida SAC (Grupo DOTA) por una oferta de $3.427 millones de pesos.
El GCBA pretende solucionar el caos del transporte con medidas aisladas que no se enmarcan en un plan integral. El Trambus y el Minimube pretenden ser el Metrobús de la gestión actual, es decir, una novedad en el transporte para evadir la elaboración e implementación de una política integral democráticamente diseñada.
La realidad es que no tenemos una política de transporte que incluya cuestiones básicas, como promover el uso del subte con tarifas accesibles, la expansión de la red subtes para que llegue a todos los barrios, la planificación en clave metropolitana, la mejora de la red de bicisendas y ciclovías, y la recuperación de la gratuidad de la Ecobici (el único transporte público gratuito antes de ser privatizado), fortalecer las comunas para favorecer la descentralización, grandes playas públicas de estacionamiento en los ingresos a la ciudad para evitar multiplicar el parque automotor durante los días hábiles, etc.
Lo concreto que nos dejó la gestión del ex Secretario fue el traslado de contenedores y la eliminación del giro en algunos cruces.