Tendencias Amenazantes
Hay una gran expectativa por la
nueva Cumbre mundial de la ONU sobre el cambio climático (Egipto, COP27). La situación
ha seguido agravándose desde la anterior (Glasgow, 2021). El año 2022 registró
una nueva suba en el calentamiento global. El derretimiento de las grandes superficies
de hielo, como Groenlandia, el Ártico, la Antártida, y otras ha continuado pronunciándose.
Bajo su impacto los mares se elevan, y se recalientan. Nuevos estudios indican
que los desequilibrios están incidiendo directamente en los cambios que se están
dando en los huracanes. Son según describen “más fuertes, más lentos, más húmedos,
y más salvajes”. Una vez que alcanzan tierra permanecen durante más tiempo, y
las precipitaciones son mayores. El Huracán Ian que termina de asolar
extendidas áreas de La Florida fue uno de los cinco peores de la historia de USA.
Tras de dejar sin luz a Cuba, y producir ingentes daños, sus vientos alcanzaron
24 kms por hora en Florida. Dos millones de personas se quedaron sin
electricidad. El Estado fue declarado en emergencia, y exhortó a millones de
personas a abandonar sus casas. Arrasó viviendas, infraestructura, sembradíos,
y Florida pidió ayuda de emergencia a las autoridades federales. Mientras seguían
las inundaciones récord en Pakistán que cubrieron de agua 1/3 de una de las
naciones más pobladas del mundo, y se sucedían los tifones en Las Filipinas y
otras regiones asiáticas. Los costos de la destrucción por el cambio climático
en USA en los 5 años recientes fueron 788 billones de dólares, 1/3 de los producidos
en los últimos 40 años. Por otra parte junto a los huracanes y las inundaciones,
en Europa, las olas de calor, y las temperaturas extremas, originaron extensos incendios
forestales que duplicaron el promedio de los 15 años anteriores. Los
megaincendios aumentan agudamente la polución y reducen severamente la calidad
del aire.
Exigiendo Soluciones
La ONU advierte en nuevos informes que si no se frena la emisión de energías sucias, en el 2030 habrá 16% más de dióxido de carbono en la atmósfera, entrando en una era de desastres no reversibles. La desigualdad en los perjuicios es extrema. Los más vulnerables son los pobres, especialmente los niños y las mujeres. Greta, señala “no hay tal cambio climático, es desestabilización”.
Las protestas crecen. Entre muchas otras, el movimiento “Parar los intereses petroleros” paralizó por días el centro de Londres, con resistencia pacífica.
Hay soluciones. Varios países como los nórdicos, Israel, Nueva Zelandia, y otros, están descarbonizando, electrificando el transporte, eficientizando los edificios, economizando los consumos de energía, presionando por responsabilidad ecológica empresarial. The New York Times dedica una amplia nota a un país que ha conseguido reconvertirse a energías limpias, el Uruguay. El 98% de la energía que utiliza es actualmente renovable. Lo considera un modelo ejemplar de país sustentable. Resalta asimismo que parte central de sus logros es que ha llevado la pobreza a menos del 10%, en una América Latina donde es casi el 40%, y la mitad de su población es clase media.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, advierte que la COP27 “será la prueba de fuego” frente a la mayor amenaza del siglo 21, la devastación ambiental. Enfatiza que los países ricos deben efectivizar sus compromisos de ayuda financiera a los países en desarrollo y pobres, para mitigación de los desastres climáticos. No los están cumpliendo. También deben regular la industria de los combustibles fósiles principal fuente del calentamiento global, y alentar su reemplazo por energías limpias. Las promesas y anuncios deben transformarse en hechos ya, subraya la ONU, porque la ventana de oportunidad se está cerrando.
(*) Bernardo Kliksberg, Sociólogo y economista.
Asesor de diversos organismos internacionales. Autor de 69 obras traducidas a múltiples idiomas.
Apareció su nueva obra “Retos éticos de la postpandemia” (Disponible en Amazon). kliksberg@aol.com
Artículo exclusivo para El Movimiento y el Observatorio del Derecho a la Ciudad.