POR DECRETO, LARRETA TRANSFORMÓ 10 ESCUELAS
DE JORNADA SIMPLE EN COMPLETA
Por María Eva Koutsovitis, Jonatan Baldiviezo y Alejandro Volkind
Pese al rechazo y los amparos judiciales presentados por las comunidades educativas, el gobierno de la Ciudad decretó que las escuelas primarias N° 1, N° 3, N°4, N° 14 y N° 25 del Distrito escolar 18, y la N° 24 DE 16, N° 6 DE 7, N° 18 DE 7, N° 7 DE 12, N°14 DE 12 cambien de modalidad simple a completa a partir de 2023.
De manera intempestiva e inconsulta, en agosto de este año, el ministerio de Educación de la Ciudad decidió transforman una decena de escuelas primarias de jornada simple a completa. En algunas escuelas, las familias se enteraron a través de una “encuesta” en la que debían decidir el cambio de modalidad o migrar a otra institución. En otros casos, los directivos de las escuelas comunicaron esta decisión sin que exista una normativa que lo estableciera.
La decisión genero el repudio de la comunidad educativa de las escuelas afectadas, que durante estos meses realizaron abrazos, festivales y diversas actividades, a la par que hicieron presentaciones en la justicia para frenar esta decisión inconsulta e injustificada.
Sin embargo, el GCBA decide seguir adelante y hoy, lunes 31 de octubre, publicó en el Boletín Oficial 10 decretos que oficializan el cambio de modalidad para las siguientes escuelas:
Escuela Primaria N° 1 Distrito Escolar 18 Martin Fierro
Escuela Primaria N° 3 Distrito Escolar 18 Monte Castro
Escuela Primaria N° 4 Distrito Escolar 18 Casimiro Aureliano Maciel
Escuela Primaria N° 14 Distrito Escolar 18 Guillermo Enrique Hudson
Escuela Primaria N° 25 Distrito Escolar 18 Estados Unidos de América
Escuela Primaria N° 24 Distrito Escolar 16 Ejército Argentino
Escuela Primaria N° 6 Distrito Escolar 7 Delfín Jijena
Escuela Primaria N° 18 Distrito Escolar 7 Comodoro Clodomiro Urtubey
Escuela Primaria N° 7 Distrito Escolar 12 Jorge Newbery
Escuela Primaria N° 14 Distrito Escolar 12 Enrique G. Parker
Para las familias, ampliar la franja horaria a doble turno implicaría:
- Pérdida de la rutina actual de los/as niños/as. Actividades que actualmente realizan a contraturno como deportivas, estudios, terapias deberán ser abandonadas
- Pérdida de los proyectos familiares que eligieron una media jornada para sus hijes.
- Exclusión de niñes con diversos desafíos de aprendizaje y/o sociabilidad que se verán exigidos a una modalidad que los desborda o deberán ser trasladados a otras escuelas
- Pérdida de la diversidad social e inclusión en la comunidad de les estudiantes.
- Pérdida de los núcleos sociales de pertenencia.
- Discontinuidad de cargos docentes por cambio de horarios y contrataciones
- Superpoblación de niñes en aulas pequeñas.
- Pérdida de espacios de investigación, biblioteca y arte para ser utilizados como aulas.
- Incertidumbre en cuanto al cuidado por una infraestructura precaria.
- Stress emocional en educadores, niñes, madres y padres afectados por la brutalidad de la implementación.
- Alterar la identidad de la escuela, que fue pensada y construida con un proyecto determinado, la modificaría por completo. Se estaría hablando de otra escuela.
- Pensar la escuela de una única forma es no dar lugar a las diferentes necesidades y elecciones.
- Rechazo de la democracia educativa.
Ing. María Eva Koutsovitis, Coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA e investigadora del IPYPP: “El modo en que el GCBA pretende implementar el cambio de modalidad, lejos está de contemplar las necesidades del alumnado. Hasta el día de la fecha el GCBA no ha logrado articular una fundamentación normativa ni pedagógica contundente que justificara tamaño cambio repentino en la escolaridad de los alumnos y las alumnas y las rutinas familiares. El avasallamiento institucional en el ámbito educativo no tiene fin. Pasar de jornada simple a jornada completa implica adecuar la infraestructura escolar, el servicio de comedores escolares y, por supuesto, modificar la propuesta pedagógica y la rutina de las familias, estudiantes y docentes.
Jonatan Baldiviezo, fundador del Observatorio del Derecho a la Ciudad y de El Movimiento La Ciudad Somos Quienes La Habitamos: “El Observatorio del Derecho a la Ciudad, El Movimiento La Ciudad Somos Quienes La Habitamos y la APDH CABA acompañaron a la comunidad educativa de la Escuela N°12 del Distrito N° 9 patrocinando una acción amparo colectivo para que se respete la opción de las familias de elegir la jornada simple. Esta acción judicial aún se encuentra en sus etapas iniciales. Esta escuela no ha sido objeto de los 10 decretos firmados por el Jefe de Gobierno. El proyecto del GCBA de modificar la modalidad de jornada simple, no respeta el principio internacional del respeto al interés superior del niño dispuesto en el art. 3.1 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (norma de rango constitucional a tenor de lo dispuesto por el art. 75, inc. 22, C.N.). Así como tampoco respeta, el artículo 39 de la CCABA que establece que la Ciudad “reconoce a los niños, niñas y adolescentes como sujetos activos de sus derechos, les garantiza su protección integral y deben ser informados, consultados y escuchados. Debe señalarse una gran improvisación en la implementación de la jornada completa”.
La prioridad nunca será la educación
Pese a repetir constantemente que la prioridad es la educación, y a invertir más de 29 millones de pesos por día en publicidad para replicarlo por todos los medios posibles, el GCBA viene realizando un recorte presupuestario en la educación que repercute, fundamentalmente, en las condiciones de cursada.
En la primera mitad del año, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ejecutó menos de un tercio del presupuesto asignado a infraestructura escolar. Sobre $3.240 millones, sólo ejecutó $1.064 millones. El dato es sumamente preocupante, ya que el presupuesto en infraestructura escolar viene siendo recortado año tras año. Para tener una idea, del presupuesto de $3.068 millones destinado a esta área en 2020, sólo se ejecutaron $941 millones.
El Ministerio de Educación porteño tampoco está ejecutando el dinero que le transfiere la Nación para esta área: de los 230 millones de pesos destinados a que mejore la infraestructura escolar, sólo utilizó poco más de $7 millones, es decir, el 3%.
En cuanto al mantenimiento escolar, en los primeros seis meses del año ejecutó un tercio: de $5.561 millones, sólo ejecutó $1.874 millones, el 34%.
Del programa Becas Estudiantiles se ejecutó el 32,1% en la primera mitad del año. Son apenas $754 millones de los $2.348 millones sancionados en el presupuesto.
La subejecución y los recortes sucesivos en esa materia se traducen en la falta de construcción de escuelas que garanticen la demanda de jornadas completas en las zonas que realmente lo piden, como en zona sur. Pero ese déficit es enmascarado por el GCBA al improvisar este tipo de resoluciones, que afectan a las familias que por diversos motivos han optado por la jornada simple.