El caso Bunge & Born y la desarticulación estatal
Necesitamos una empresa pública de alimentos con participación social, con control estatal de puertos estratégicos, el fortalecimiento de cooperativas agropecuarias e incorporar la trazabilidad comercial.
La historia de Bunge & Born no es solo pasado. Es una advertencia sobre cómo el poder económico puede capturar decisiones públicas. Y es también una invitación a construir soberanía alimentaria con distribución social, justicia económica y democracia auténtica.
1. Concentración agroexportadora, soberanía alimentaria y desarticulación estatal en Argentina el caso Bunge & Born, la Junta Nacional de Granos y la reforma estructural
La relación entre el Estado argentino y el grupo económico Bunge & Born es un ejemplo clave para comprender la evolución del modelo agroexportador, la concentración empresarial y los desafíos actuales en cuanto a la soberanía alimentaria (que el pueblo argentino necesita en forma urgente). Bunge & Born ha sido protagonista de los principales procesos de articulación y desarticulación institucional vinculados al comercio exterior, la planificación alimentaria y la política económica en Argentina, desde su consolidación como empresa dominante en el comercio de granos a fines del siglo XIX.
Durante la “década infame” (1930–1943), los presidentes argentinos mantuvieron una relación ambigua y funcional con la Junta Nacional de Granos (JNG) y con el grupo económico Bunge & Born, en el marco de un modelo agroexportador subordinado a los intereses británicos y a los grandes grupos concentrados. La JNG fue fundada como “Junta Reguladora de Granos” durante la presidencia de Agustín P. Justo (1933), en respuesta a la caída de los precios internacionales del trigo y al desorden en el mercado local. Su objetivo era garantizar precios compensatorios para los productores[1].
Aunque la JNG representaba una forma incipiente de intervención estatal, su diseño favorecía la estabilización del comercio más que la redistribución. Se financiaba con el Fondo de Cambios del Banco Nación y no alteraba la estructura concentrada del sector exportador. Bunge & Born era uno de los principales actores del comercio de granos, con control sobre puertos, molinos y redes internacionales. Durante la década infame, su poder se consolidó gracias a la falta de competencia estatal efectiva y a su articulación con los intereses británicos.
En 1933, el vicepresidente Julio Argentino Pascual Roca, firma el Tratado Roca-Runciman (1933) bajo la presidencia de Justo, este tratado garantizó privilegios a los frigoríficos anglo-norteamericanos y subordinó la política comercial argentina al Reino Unido. Bunge & Born se benefició de este esquema, que reforzaba el modelo agroexportador dependiente.[2]
Los gobiernos de Justo, Ortiz y Castillo mediante la subordinación política y económica, mantuvieron una política de apertura y alineamiento con los intereses del capital extranjero y los grupos concentrados. La empresa privada operaba como intermediaria privilegiada entre los productores locales y los mercados internacionales, sin controles públicos significativos.
En este contexto, el golpe del 1943 marca un punto de inflexión en el modelo agroexportador argentino y en la relación entre el Estado, la Junta Nacional de Granos (JNG) y los grupos económicos concentrados como Bunge & Born. Su influencia se puede analizar en tres planos: político, institucional y económico. El golpe del 4 de junio de 1943 puso fin al ciclo de gobiernos fraudulentos y conservadores que habían favorecido a los grandes exportadores y al capital británico. Si bien el nuevo régimen militar no tenía inicialmente un programa económico definido, abrió paso a una reconfiguración del rol estatal, que se profundizó con el surgimiento de las presidencias de Juan Domingo Perón.
La JNG fue subordinada al nuevo Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), fundado en 1946 bajo el primer gobierno peronista. El IAPI asumió funciones estratégicas: compraba granos a precios mínimos garantizados, negociaba directamente con mercados internacionales y utilizaba los excedentes para financiar políticas industriales, sociales y de consumo popular. Esta transformación implicó una centralización estatal del comercio exterior, desplazando a intermediarios privados como Bunge & Born del control directo sobre las exportaciones. regulando el mercado de granos, controlando precios, garantizando el abastecimiento interno y administrando las exportaciones. De esta forma se redistribuye la riqueza concentrada y se equilibra el mercado interno.
Durante la dictadura cívico-militar, ese equilibrio se rompió. El grupo expandió su influencia en el aparato estatal, mientras la Junta era vaciada de funciones. La concentración empresarial se profundizó en paralelo al terrorismo de Estado.
En los años noventa, Bunge & Born fue convocado por el gobierno de Menem para diseñar el programa económico inicial. El llamado “Plan BB” promovió la liberalización comercial, la privatización y la desregulación. En 1991, se disolvió la Junta Nacional de Granos, a la vez que se regaló a la empresa Bunge & Born el patrimonio estatal de la JNG (silos, elevadores de granos, terrenos y puertos en puntos estratégicos todo el país) construidos con años de inversión pública. Desde entonces, los principales exportadores operan sin contrapeso público.
Hoy, esa historia se re actualiza. Hace apenas unos días (septiembre de 2025), el Gobierno de Milei eliminó temporalmente las retenciones, alcanzando 7.000 millones de dólares en tres días. Pero el beneficio se concentró en los exportadores, principalmente en Bunge & Born. Las entidades agropecuarias denunciaron que “la diferencia se la quedaron ellos”. En paralelo, acuerdos financieros con Estados Unidos refuerzan la dependencia externa. Esta situación exige recuperar herramientas públicas de planificación alimentaria.
2. La Junta Nacional de Granos como instrumento estatal
Creada en 1933, la Junta Nacional de Granos (JNG) fue una herramienta estatal para regular el mercado de granos, garantizar el abastecimiento interno y administrar las exportaciones. Su existencia respondió, en parte, al poder concentrado de empresas como Bunge & Born, que controlaban infraestructura crítica (puertos, silos, molinos) y redes internacionales de comercialización.
Durante los gobiernos de Juan Domingo Perón, la JNG fue absorbida por el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), creado en 1946 como parte de una estrategia de centralización estatal del comercio exterior. El IAPI actuó como comprador único de granos y otros productos, fijando precios mínimos para los productores y negociando directamente con mercados internacionales. Esta política permitió al Estado capturar excedentes del sector agroexportador para financiar la industrialización, el consumo popular y la expansión del empleo. En ese marco, la JNG perdió autonomía operativa, pero se mantuvo como estructura técnica de apoyo a la planificación estatal.
Su progresivo vaciamiento comenzó en la dictadura cívico-militar (1976–1983), cuando se promovió la liberalización del comercio exterior y se favoreció la expansión de los grupos exportadores. La disolución definitiva de la JNG en 1991, bajo el gobierno de Carlos Menem, marcó el cierre de una etapa de intervención estatal y abrió paso a un modelo de concentración sin contrapeso público.
3. Bunge & Born: del poder local a la articulación transnacional
Durante la dictadura, Bunge & Born consolidó su influencia en el aparato estatal, en un contexto de represión política y apertura económica.
Durante la presidencia de Raúl Alfonsín, en medio de una crisis hiperinflacionaria y el colapso del programa económico, el gobierno convocó a técnicos vinculados a Bunge & Born para diseñar un plan de estabilización. En junio de 1989, Miguel Ángel Roig —economista asociado al grupo— fue nombrado ministro de Economía, aunque falleció a los pocos días de asumir. Su sucesor, Néstor Rapanelli, también proveniente de Bunge & Born, impulsó medidas de shock que incluyeron la liberalización de precios, la apertura comercial y la reforma del Estado. Este episodio, conocido como el “Plan Bunge & Born”, marcó un punto de inflexión en la relación entre el Estado y los grupos económicos, evidenciando el peso de los intereses privados en la conducción de la política pública.
En los años noventa, el grupo fue nuevamente convocado para diseñar el programa económico inicial del gobierno menemista, conocido como “Plan BB”, que incluyó la desregulación de mercados, la privatización de empresas públicas y la apertura comercial.
Ya transformado en Bunge Limited, con sede en EE.UU., el grupo opera hoy como multinacional agroindustrial, con fuerte presencia en el comercio mundial de granos, oleaginosas y alimentos procesados. En Argentina, junto con otras empresas como Cargill, Cofco y ADM, controla gran parte de la infraestructura exportadora, limitando la capacidad estatal de planificación y negociación.
4. Reformas estructurales y democracia de baja intensidad
La trayectoria de Bunge & Born se entrelaza con los procesos de desarticulación estatal y reforma estructural que caracterizaron la década de 1990. Tal como se analiza en la publicación de OLEGISAR (“Estado y democracia de baja intensidad en la Argentina de los años 90s”)[3], la Reforma del Estado impulsada por el gobierno de Carlos Menem implicó la privatización de empresas públicas, la desregulación de mercados y una transformación profunda del aparato estatal, orientada por el paradigma del New Public Management y condicionada por el Consenso de Washington.
La transferencia de funciones estatales al sector privado, la precarización del empleo público y la descentralización sin recursos suficientes generaron un Estado debilitado, incapaz de garantizar derechos sociales ni de regular el comercio exterior en favor de la soberanía alimentaria.
Este proceso se inscribe en lo que se denomina “democracia de baja intensidad” o “democracia delegativa”, donde el poder presidencial se concentra y se justifica en la necesidad de “sacar al país de la crisis”, deslegitimando el control institucional y la participación ciudadana. Las decisiones económicas —como la apertura comercial, la eliminación de retenciones o la subordinación a intereses exportadores— se toman sin contrapesos democráticos ni consulta pública, consolidando un modelo excluyente y regresivo.
5. Acontecimientos recientes y reconfiguración del modelo
En septiembre de 2025, el Gobierno nacional decretó la eliminación temporal de los derechos de exportación sobre granos, alcanzando un cupo de 7.000 millones de dólares en apenas tres días. La medida fue criticada por entidades agropecuarias como CONINAGRO y la Federación Agraria Argentina, que denunciaron que “la diferencia se la quedaron los exportadores” y que “no derramó sobre el productor”.
Simultáneamente, se anunciaron acuerdos financieros con Estados Unidos, que incluyen préstamos y compra de bonos, lo que fue interpretado por referentes del sector como una cesión de soberanía económica. Estas decisiones refuerzan la concentración empresarial y debilitan la capacidad estatal de intervención, en un contexto de creciente demanda social por políticas alimentarias soberanas, sustentables y democráticas.

6.Conclusiones y propuestas
La historia de Bunge & Born y la desarticulación de la Junta Nacional de Granos permite interpelar el presente desde una perspectiva crítica. La ausencia de una institucionalidad pública robusta para regular el comercio agroalimentario pone en evidencia la necesidad de recuperar herramientas estatales que prioricen el interés colectivo por sobre la lógica del lucro.
Entre las propuestas destacables se encuentran las siguientes:
● Creación de una empresa pública de alimentos con participación social
● Control estatal de puertos estratégicos y trazabilidad comercial
● Fortalecimiento de cooperativas y redes agroecológicas.
● Reinstalación de mecanismos públicos de planificación alimentaria
Estas iniciativas se inscriben en los debates contemporáneos sobre soberanía alimentaria, justicia social y democratización del comercio exterior.
Referencias bibliográficas
Basualdo, E. (2006). Estudios de historia económica argentina: desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Siglo XX Editores.
Chequeado (2025). “Qué pasó con las retenciones y quién se benefició”. https://chequeado.com
Escenario Mundial (2025). “Exportadores concentran beneficios de la desregulación”. https://escenariomundial.com
Gaggero, A., Schorr M. y Wainer A. (2014). “RESTRICCIÓN ETERNA - El poder económico durante el kirchnerismo” 1a ed. - Futuro Anterior Ediciones.
Graciano, O. (2012). “La escritura de la realidad. Un análisis de la tarea editorial y del trabajo intelectual del Anarquismo argentino entre los años ’30 y el Peronismo” ISSN 0718-5049, pp. 72-110
Indymedia Argentina (2025). “Soberanía alimentaria y concentración agroexportadora”. https://argentina.indymedia.org
Pampa Diario “Las retenciones cero fueron solo para 12 grandes exportadores” publicado el 25 de septiembre, 2025 https://pampadiario.com/single-post.php?id=77444
OLEGISAR (2023). Estado y democracia de baja intensidad en la Argentina de los años 90s. https://olegisar.org/estado-y-democracia-de-baja-intensidad-en-la-argentina-de-los-anos-90s/
[1] https://news.agrofy.com.ar/noticia/182600/que-fue-junta-nacional-granos-y-que-genera-polemica
[2] https://www.laarena.com.ar/opinion/un-retorno-a-la-decada-infame--20259280230
[3] https://olegisar.org/estado-y-democracia-de-baja-intensidad-en-la-argentina-de-los-anos-90s/